El presidente de turno de la UE prefiere que acudan el G8 junto a China, India, Brasil, Sudáfrica y México

Tras la reunión de los cuatro países europeos del G-8 en París, Zapatero se sintió ninguneado por el presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy. El español acudió a cenar con el francés y le pidió que convocara una nueva cumbre y que contara con él. En aquella ocasión Sarkozy le hizo caso a medias porque convocó a Zapatero y a otros 14: el eurogrupo. De aquella cumbre salieron acuerdos con los que el presidente español no contaba y que tuvo que aprobar en Consejo de Ministros extraordinario el lunes siguiente. Entre estas medidas, la posibilidad de comprar activos tóxicos y beneficiar así a los especuladores.

Para lo que sí sirvió la reunión fue para que los medios afines al Gobierno vendieran una imagen de ZP como líder europeo. Etiqueta en la que insistieron algunos de sus ministros, como Bernat Soria. Este mismo martes, Leire Pajín afirmaba lo siguiente: Hay que recuperar el liderazgo en la UE, y el Gobierno español está en disposición de hacerlo. Además, Zapatero no ha parado de apuntarse el tanto de la cumbre mundial salida de la cita de los quince.

Su gozo en un pozo. En estas, llega Sarkozy diciendo que al encuentro de Nueva York deberían acudir el G-8 y los países emergentes del G-5: China, India, Brasil, Sudáfrica y México. Soraya Sáenz de Santamaría lo interpretaba así: Un día en el que la UE nos da la espalda por la falta de credibilidad; Zapatero no tiene credibilidad ni dentro ni fuera.

En su diario de las 14, Radio Nacional no lo daba todo por perdido y aseguraba que el Gobierno está haciendo todas las gestiones necesarias para que el líder del mundo mundial sea invitado. Y apoyaba la información con una sensacional declaración de Zapatero: Ya veremos.