A partir del lunes, EDF no lanzará una OPA, pero comprará hasta el 25% de Iberdrola
Luego, cambiaría ese porcentaje por Fenosa. La opción española está paralizada: Isidro Fainé y Antonio Brufau han decidido postergar la decisión hasta la formación del nuevo Gobierno: a lo mejor es demasiado tarde. Joan Clos alaba a EDF: está claro que este Gobierno pasará a la historia como el que desguazó el sector energético español. El único problema para que Moncloa perpetre su plan es la alemana EON, que no acepta quedarse de segundona en España. Pura casualidad: Sarkozy no ha apoyado al PP durante la campaña electoral, a pesar de que ZP sí lo hizo con Ségolène Royal.En Iberdrola puede ocurrir lo mismo que en Endesa: la pelea cainita entre empresarios españoles y el deseo pueril del presidente del Gobierno por ser admitido en el cónclave paneuropeo acabará con el sector más estratégico de todo, el energético, en mano de extranjeros. Endesa ya es del Gobierno italiano, e Iberdrola corre el peligro de caer en manos del Gobierno francés.
En el sector eléctrico español el tema de conversación -jueves 6- eran las alabanzas del ministro de Industria y Energía, Joan Clos, a la empresa estatal EDF. Resulta que al ministro le gustan los buenos modales de los franceses y no cree que lancen una OPA sobre Iberdrola. Claro que no. El pacto de ZP con Nicolás Sarkozy -quien, casualmente, no ha apoyado a Mariano Rajoy durante la campaña, a pesar de que ZP sí apoyo a Ségolène Royal- consiste en que EDF no lance una OPA sobre Iberdrola, sino que -ya posee el 7%-, a partir del día 10, compre acciones hasta el 25% del capital. ZP es capaz de todo con tal de ser admitido en el cónclave que dirige Europa, y en el que ahora ni está ni se le espera.
Con ese 25%, más el 12,8% de ACS -sí es que Florentino Pérez logra mantener la presión asfixiante de la deuda-, entre los franceses y el español, con el apoyo del Gobierno ZP, se intentaría doblarle el pulso a Ignacio Galán, el hombre que ha multiplicado por 6 el valor de Iberdrola en un lustro. Una vez fuera Galán, o al menos convertido en un asalariado -lo que probablemente no aceptará-, el plan consiste en que EDF se quede con Fenosa y ACS con Iberdrola, a costa de sumar su participación actual a la que obtenga del canje hispano-francesa. De hecho, el problema sería que la alemana EON, que ya perdió la batalla por Endesa, no se resigne a quedar en su actual posición, un tanto marginal, en un mercado como el español, que considera básico, especialmente cara a Iberoamérica, y se decida a lanzar una OPA.
Ahora bien, ante esa considerable catástrofe urdida en Moncloa con la connivencia de Florentino Pérez, ¿qué alternativa hay? Pues la referida en Hispanidad, que culminaría con la creación de dos grandes empresas energéticas integrales, la única con sede en Bilbao (Iberdrola -la otra con sede en Barcelona (Fenosa-Gas Natural-). Una opción lógica, para asegurar la soberanía energética, la investigación y la inversión en generación, pero todo ello pesa menos en la balanza que los intereses de algunos empresarios y que la imagen del presidente del Gobierno en Europa.
Y es que el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, y el de La Caixa, Isidro Fainé, piezas claves de la opción española, han decidido no ponerla en marcha, no ya hasta después de las elecciones, sino hasta que no se conozca la composición del Gobierno. Quizás para entonces sea demasiado tarde.
Al final, ZP pasará a la historia como el hombre que desguazó el sector productivo más importante de todos para labrarse un nombre entre los grandes de Europa.