La entrevista entre el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, se ha convertido en una reunión anticipada. Algo así como cuando los medios mexicanos dieron por muerto al escritor Octavio Paz. El interesado tuvo que salir a la palestra para aclarar que "se trataba de una noticia precipitada". Digo, porque todos los medios, especialmente los adictos al Gobierno, ya adelantaron 48 horas lo que ZP le iba a decir al lehendakari: que su proyecto de referéndum es ilegal. Y entonces, si se sabe qué va a decir cada cual: ¿Para qué se reúnen? Supongo que para dialogar.

Pero merece la pena entrar en el fondo de la cuestión, es decir, en el referéndum de marras. Lo de menos es que sea ilegal. Tanto es así, que la labor de un gobierno y de un parlamento, es decir, de los políticos, consiste en hacer legal lo ilegal e ilegal lo legal. Es decir, en gobernar y legislar. El gaymonio era ilegal antes de abril de 2005 y ahora no lo es. Por la misma razón, Ibarretxe podría responderle a ZP que si el referéndum de autodeterminación de Euskadi es ilegal, lo que debemos hacer es modificar la ley para convertirle en legal y celebrar la consulta.

Y debería argumentar en esa dirección, porque cogería al ZP en su propia celada progre. En efecto, el Estado de Derecho no consiste en el sometimiento a las leyes, sino en el sometimiento del Estado a los derechos humanos, que no es exactamente lo mismo, miren por donde.

Lo que le ocurre a la progresía, es decir a ZP, es que se refugian en la legalidad formal para evitar entrar en el fondo, dado que son prisioneros de sus propios prejuicios. Esa prisión les impide responder a Ibarretxe que no aceptan un referéndum de autodeterminación salvo que en él voten todos los españoles, ‘propietarios' del País Vasco tanto si han nacido en Bilbao como en Pontevedra. O sea, que ZP no puede mostrarse orgulloso de ser español pues necesita a los nacionalistas, tanto catalanes como vascos para aislar al Partido Popular, que es quien puede arrebatarle La Moncloa.

En cualquier caso, no deja de ser una retransmisión mediática anticipada… algo muy divertido.

Eulogio López

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