'Ayuda en Acción' está emitiendo una gran campaña de publicidad bajo el eslogan "¿Irá a la escuela o será vendida a un burdel?"."Un tercio de las víctimas del tráfico de personas son menores, más de un 65% son niñas muchas de las cuales son explotadas sexualmente". "Devuélveles la infancia". Según el informe "Rompamos las cadenas de la esclavitud", existen 218 millones de niños trabajadores en todo el mundo con edades de entre los 5 y los 17 años. Más de la mitad, unos 126 millones de niños, realizan trabajos peligrosos y unos 8 millones y medio lo hacen en condiciones de esclavitud. Dicho informe revela las formas más frecuentes de esclavitud infantil. Cada año 1,2 millones de menores son víctimas del tráfico infantil. Un negocio que mueve al año 23.500 millones de euros. En este momento 1,8 millones de niños, en todo el mundo, están siendo explotados sexualmente. Son obligados por otros adultos a ejercer la prostitución o son utilizados en la industria pornográfica y en el turismo sexual. Trabajo infantil forzoso por endeudamiento. Este tipo de explotación se produce cuando un menor está endeudado con su patrón y está obligado a trabajar hasta que pague la deuda. La mayoría vive en India, Nepal, Pakistán y Bangladés. Se calcula que un millón de menores trabajan en minas y canteras en más de 50 países de Asia e Hispanomérica. Se trata de uno de los trabajos más peligrosos para un menor y, solo en África occidental ocupa a 200.000 niños. El trabajo agrícola es una realidad diaria para 132 millones de niños menores de 15 años en todo el mundo. Casi el 70% lo hacen en granjas y plantaciones, algunos de ellos en condiciones de esclavitud. Se han utilizado a menores en las guerras de Angola, Afganistán, Sierra Leona y Sri Lanka. Hoy, 300.000 niños y niñas menores de 15 años están relacionados con las fuerzas armadas. Algunos de ellos tienen tan solo 7 años. Más de 40 millones de niños y niñas en todo el mundo trabajan como empleados domésticos, 10 millones permanecen ocultos. Los menores, en su mayoría niñas, sufren castigos extremos. Clemente Ferrer clementeferrer@clementeferrer.com