Hoy, festividad de la Virgen de Lourdes, volvemos a recordar lo que sucedió en 1858 en un pueblecito francés a la sombra de los Pirineos franceses, cuando el materialismo y el positivismo empezaban a penetrar en la cultura de Europa, como veneno mortífero para los brotes cristianos. Y esos acontecimientos de una o de otra manera se iban a repetir muchas veces en nuestro mundo contemporáneo.
Para el historiador especializado en la Edad Contemporánea, como es mi caso, las apariciones marianas constituyen un reto intelectual y una clave importantísima para entender el mundo actual: ¿Por qué la Santísima Virgen se ha aparecido tantas veces durante los siglos XIX y XX?
Todo lo que he leído acerca de las apariciones marianas, lo he hecho ante todo como devoto de la Virgen María, que además de Madre de Dios es Madre nuestra. Pero también he leído todos esos sucesos con curiosidad de historiador, porque después de tantos años en este oficio la mentalidad ha derivado en mí en deformación profesional.
Los que nos dedicamos a explicar el nacimiento de los partidos políticos, la acción de los sindicatos o la influencia de la prensa en los últimos doscientos años, etc., que afectan a tantas personas, ¿cómo vamos a excluir de nuestro relato histórico las apariciones marianas, que forman parte de la realidad concreta de millones de personas, hasta el punto de hacerlas cambiar de vida a muchas de ellas, por tener en su conciencia mayor influjo, que un partido político, un sindicato o un periódico?
Más me atrevería a decir. Si Dios es el Señor de la Historia, como afirmó San Juan Pablo II, no puede permitir que su Madre desentone en el curso de la Historia. Por lo tanto, sus apariciones, además de la finalidad religiosa, también han de tener un sentido histórico, porque ni Dios ni la Virgen María hacen cosas raras ni vanas. Por ese motivo, cuando comienza la Edad Contemporánea con la Revolución Francesa (1789), la Virgen María se aparece muchas veces y de manera diferente a como lo había hecho en los siglos anteriores.
Desde hace dos siglos, la Santísima Virgen ha bajado del Cielo en múltiples ocasiones, no tanto para comunicar algo a un vidente de modo particular, sino más bien para utilizar a esos videntes como intermediarios para transmitir mensajes a todos sus hijos. De manera que en cierto modo se podría afirmar que durante los siglos XIX y XX y lo que va del actual, la Virgen María se nos está “apareciendo” a todos nosotros. Por todo ello, hoy festividad de la Virgen de Lourdes, les invito a escuchar una conferencia en la que expuse mi opinión sobre el sentido de las apariciones de la Virgen.