La adoración eucarística se ha convertido en una de las claves del siglo XXI. La desacralización de la Eucaristía necesita de un contrapeso, el de la adoración a la forma consagrada.

Vean el cartel: lo primero: adorar en silencio. Regla de oro, seguramente. 

Lo segundo: lo que importa no es ni el sagrario ni la custodia, lo que importa es Cristo encarnado.

Cunden en España las adoraciones eucarísticas de 24 horas al día, 365 días al año.