"Esto es España", aseguraba en la noche del martes un afamado locutor de radio. Comentaba las andanzas del fiscal general del Estado, don Álvaro García Ortiz, en todo lo referente a las filtraciones de datos de un ciudadano privado, el novio de Isabel Díaz Ayuso, con el solo propósito de fastidiar a… Isabel Díaz Ayuso, adversaria política.
Y es que el cinismo alcanzado por los socialistas en la defensa de "su fiscal" general del Estado ha batido todos los récords. No ayudará mucho a la credibilidad de la justicia pero sí ayudará a mantener la maldición gitana: ¡Tengas juicios y los ganes!
Que don Álvaro haya cambiado de móvil y así se hayan perdido todos los mensajes que le interesaban al juez justo en las fechas que le interesaban al juez, resulta un poquito, sólo un poquito, sospechoso. Que eso lo haga el 'sheriff' del pueblo, es decir, el principal garante de la ley, con el cargo de fiscal general del Estado, y que el gobierno cierre filas para defender su muy honrada y honesta actitud -honesta no dudo que lo sea pero honrada- pues sólo ocurre en España. En efecto: ¡esto es España! Y la pregunta sigue siendo la misma: ¿dónde está el límite?
En cualquier caso, ¡cuidado con el sheriff!