El diario El Economista publica una espléndida información. Dice así: La élite de Wall Street expande su presencia en Arabia Saudí, ante el 'ultimátum' de Riad. Y en el subtitulo aporta la razón: "Les exigen tener la sede regional allí para optar a contratos públicos. Amazon, Microsoft y Alphabet son las ultimas en sumarse".
En definitiva, que el tirano saudí, Bin Salman, un tipo tan inteligente como siniestro, ha decidido que Occidente debe ponerle alfombra roja si quiere que invierta en sus países. A pesar de ser un tirano sangriento, un homicida, no sólo deben respetarle sino alabarle: si quieren ustedes operar en Arabia, señores pudientes de Occidente, deben instalarse en Riad y vivir bajo el aire acondicionado con el que paliar los agobios del desierto.
Naturalmente, aunque el mercado saudí no es enorme, sí lo es la liquidez de su gobierno, así que los 'invencibles' Amazon, Microsoft y Google han agachado la cabeza y pasado por el aro de Salman. Para estos grandes progresistas, luchadores por el derecho al aborto, el fundamentalismo islámico de Salman es una fruslería aceptable.
Noruega prohíbe a Arabia financiar mezquitas, como la de la M-30, si antes no respeta la libertad religiosa de los cristianos en su país
Es curioso, en el entretanto, Noruega prohibirá a Salman financiar mezquitas en aquel país si antes no respeta la libertad religiosa en Arabia. Y cómo no la respeta, no habrá mezquitas en Noruega. En Riad no se admiten iglesias cristianas ni tan siquiera en el sagrado recinto de las embajadas occidentales, y la mera tenencia de una cruz o de un evangelio te puede acarrear tortura y cárcel.
Veámoslo de otro modo: Arabia exige a las empresas que se instalen en Riad. Entonces, ¿cómo van a ir a misa sus directivos trasladados a Arabia? ¡Ah!, ¡¿qué no les importa?!
Pues justo por eso mismo, por tantas cesiones, puede islamizarse Occidente... y eso sí que les va a importar. Por dos razones: la Iglesia vive de la eucaristía... y el mundo también. Aunque no sepan ni de qué hablamos, viven de ello.
Segundo porque Occidente puede haber perdido su fe pero no ha perdido su cristianismo cultural, basado en la libertad de los hijos de Dios. Pueden ser muy progres los chicos de Amazon, Google o Microsoft, pero no les gustaría vivir en un mundo islámico.