Los santos inocentes, los mártires olvidados, de hoy, son los niños abortados, de forma quirúrgica o química, y son los embriones humanos utilizados como cobayas de laboratorio.
Son los hijos que no tuvimos, de los que nadie se acuerda menos sus madres -y padres-, que andan traumados por el mundo. Y no es para menos. Y si no andan traumados, es que son zombis morales.
En España, más de 94.000 abortados, sólo de modo quirúrgico, sólo durante 2017.