El ex presidente de la Generalitat, Artur Mas (en la imagen), es juzgado por algo muy concreto: organizar un referéndum, a pesar de que el Tribunal Constitucional lo había prohibido. Aseguraba Mas que era responsable de todo pero que no debe ser condenado por ello. Lo cual, es una contradicción. Al final, ¿de qué se trata? De forzar la nota, naturalmente. Todo esto produce un cierto cansancio. Juan Español, y Jordi Catalán, no lo entienden así. Entiende que el señor Mas ha retado al Tribunal Constitucional, quien le había prohibido el referéndum independentista. A pesar de eso, lo hizo. En cualquier caso, lo que revela la actitud de Artur Mas es que no se llegará a ningún acuerdo por la vía legal. ¿Y por la vía política? Tampoco. Al final, lo que está en juego es la insumisión catalana. Yo no cumplo la ley y tú, luego, persígueme. Ahora bien, todo esto no tiene nada que ver con el cinismo de, por ejemplo, Joana Ortega, asegurando que todo el referéndum fue 'perpetrado' por los voluntarios. Unos 40.000. Hala: si usted quiere métalos a todos en la cárcel. Hispanidad redaccion@hispanidad.com