Ahora que estamos en campaña del IRPF recordemos: un cristiano no puede defraudar a Hacienda. Un cristiano debe pagar sus impuestos. Y mira que resulta casi imposible no defraudar al Fisco, incluso sin dolo.
Y mira que hay leyes injustas y financiaciones injustas con el dinero de nuestros impuestos, Pero puede más el "dad al César lo que es del César". Y sobre eso pueden admitirse matices pero no discusión.