A TVE, como a Pedro Sánchez, no le cabe en la cabeza que el Senado argentino haya rechazado la despenalización del aborto. Como si esa decisión tan insólita, vaya, le tocara directamente, que lo hace, vaya también: el Ente Público es una correa de trasmisión de todos los dogmas de la ideología de género, en el que el aborto es un ingrediente más.
Lo más sorprendente es que ha mandado a freír puñetas un modelo que simule si quiera la neutralidad informativa, como si en Argentina sólo existieran los del pañuelo verde (abortistas) y los del pañuelo azul (a favor de la vida) fueran una panda de descerebrados. Basta con hacer un repaso a las imágenes que no se cansa de repetir.
De igual modo, la noticia no es que el aborto es libre sólo en Cuba, Uruguay y México DF entre todos los países iberoamericanos, en la misma línea que los países europeos, sino que Argentina podía haber dato ese paso.
Lo dicho: que Argentina haya tumbado la ley del aborto, como titulamos este jueves, ha sido una lección en toda regla a Occidente.