Mañana del miércoles en el Congreso. El demagogo Iglesias habla de puertas giratorias (una novedad) entre las eléctricas y el Gobierno, y el nuevo ministro de Energía, Álvaro Dalton Nadal (en la imagen) le responde que a él no le ha comprado nadie y que, además, va a reunirse con las eléctricas para que sean éstas las que corran con el bono social. Pues muy mal. Si se trata de una subvención que la pague el Estado, no las empresas. Y tampoco nos gustan las subvenciones. El problema de la anciana de Reus fallecida por no tener luz no se arregla con bonos sociales ni con subvenciones, sino con salarios y pensiones dignas, para poder pagar la energía a su coste real. Toda subvención es una trampa para ocultar la injusticia  y una oportunidad para el fraude. Hispanidad redaccion@hispanidad.com