Como se acerca el Día de la Hispanidad, 12 de octubre, en breve empezaremos a escuchar tontunas sobre el genocidio hispano.
Pues bien, los españoles debemos estar orgullosos de la conquista y evangelización de América: no éramos racistas ni lo somos hoy. Por eso, inventamos el mestizaje, no la liquidación de una raza y su sustitución por la de los conquistadores, como hicieron los británicos. No existe la raza anglo-india, pero sí existe la raza hispana.
Traducido: los ingleses mataron a los indios, los españoles nos casamos con las indias. Y ello gracias a la “exportación de curas” y a reyes formidables como, por ejemplo, Isabel I de Castilla, que exigió el respeto a los indios.
Con todos nuestros fallos y abusos, que evidentemente los hubo, la mejor de todas las colonizaciones (que incluso no puede denominarse así porque España incorporó a las colonias a su entramado institucional) fue la española, creadora, además de la hispanidad y de la raza hispana. Algo para sentirse orgullosos.