Dicen los medios que lo más importante del último barómetro del CIS, el paro y la corrupción son lo que más preocupa a los ciudadanos. La verdad es que ni el elevadísimo paro, a pesar de la mejora de marzo, ni los bajos salarios que acompañan a algunos trabajadores, ni la corrupción -grave, sí, pero exagerada por las teles- resultaría sociológicamente grave, si el estudio no fuera acompañado por unas preguntas más generales.
Por ejemplo, reparen en las seis preguntas sobre la situación económica y política (tres y tres) del país: cómo está, va a mejorar y cómo estará en un año. Y por cierto, lo mismo que se dice de la situación política se dice de la situación económica.
Por ejemplo, nada menos que un 74% de los españoles piensa que la situación económica española es mala o muy mala y un 80% considera, en contra de lo que nos dice el señor Rajoy, que la situación es peor o igual que la de hace un año.
Por cierto, el pesimismo reinante en España otorga porcentajes similares tanto en política como en economía.
Vamos, que el pesimismo reina en España. ¿Y la desesperación? A tanto no llegan las encuestas, pero podría sospecharse.
Hispanidad
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