Todavía no han reaccionado contra la ficción especulativa que envuelve la criptomoneda, similar a una máquina tragaperras. Y han pasado no pocos años, si tenemos en cuenta que el bitcoin fue concebido en 2009 y desde entonces no ha dejado de dar guerra. No estaría de más un comunicado, algo, teniendo en cuenta el cuerpo que va tomando el ingenio. La fiebre especulativa, que tumbará a más de uno, como ya ha pasado, es peligrosa, sobre todo después del guiño lanzado por tecnológicas como Microsoft que le han dado alas. Llegan ahora algunos avisos, como los lanzados por los bancos centrales de Dinamarca y Singapur o de la Comisión Europea, alertando de lo obvio: el riesgo de perder todo porque nada en ese mercado es real, salvo que se comercializa: alguien compra y alguien vende. Vamos, como el humo, si nos da por ponerle precio, aunque nunca será una materia prima, como el oro, o un billete, como cualquier divisa. Hispanidad redacción@hispanidad.com