Ahora que Pablo Casado está en su mejor momento -bueno, en realidad la victoria ha sido de Díaz Ayuso tras el 4-M- y ahora que el PP se plantea como alternativa al Gobierno de Sánchez. Cuando el líder del PP moviliza a los 200 alcaldes populares contra el Gobierno, cuando -tal como publica El Mundo- Casado impulsa a la oposición parlamentaria contra Pedro Sánchez, con la economía por bandera; la convención ideológica, en otoño, como gran escenario del «ensanche» de las bases del partido; y, sobre todo, un mayor empuje territorial, para intentar contraponer la «gestión» de los populares a la de los socialistas, ahora, justo ahora aparece en escena Alfonso Fernández Mañueco. El presidente de Castilla y León interioriza una invención socialista como es la Agenda 2030 y sostiene que en la comunidad autónoma "somos pioneros en situar la Agenda 2030 en la política real, en pasarla de las musas al teatro» y, encima, cursi.

Mañueco -que es progre, muy progre, también aboga por los 17 objetivos para tranformad el mundo marcados por la ONU en 2015 porque para el popular es «apostar porque los jóvenes tengan un futuro mejor». 

El presidente de Castilla y León se suma a barones como Feijoó o Moreno Bonilla, los progres peperos que acorralan a su líde con el argumento de que lo que necesita el PP es hacerse con el centro. Vamos, que Casado tiene el enemigo está en casa.