Lluis Companys declaró la independencia en 1934 desde el balcón de La Generalitat y le costó la detención y, más tarde, la vida. El Parlament, presidido por Carme Forcadel, ha dicho que la va a declarar, que comienza un proceso de desconexión del Estado. No es lo miso declarar la independencia que prometer una declaración de independencia. ¿Por qué así? Pues primero porque, insistimos, muchos independentistas catalanes no creen en la independencia aunque hablan a cada minuto de ella. Lo que les gusta es el vedetismo, ser el centro de atención del país. Que se hable de ellos, aunque sea bien. Segundo, porque Rajoy, siempre cobarde, lanzará, como ya ha lanzado, su 'Brigada Aranzadi', y resulta que será el Tribunal Constitucional quien haga el trabajo por él… Pero será quien se presente ante la opinión pública como el estadista de mano de hierro que supo meter en vereda a los separatistas. Pero que conste que nadie ha declarado la independencia, lo que añade una dificultad jurídica: ¿Cómo condenar a quien no ha incurrido en delito aunque dice que va a incurrir? Hispanidad redaccion@hispanidad.com