El nuevo presidente mexicano representa a la nueva izquierda mundial: ya ha tranquilizado a la banca. Los que no deberían estar tan tranquilos son los católicos.
Comprendo que los mexicanos estén hartos de corrupción y, sobre todo, de violencia, pero dudo que Andrés Manuel López Obrador sea la solución; un hombre de comportamiento masónico, como presidente, en el país hispano donde más ha imperado la masonería y con la historia de persecución a los católicos más dura de todo el siglo XX.