En medio de la histeria colectiva provocada -¡en España!- por los atentados en Francia, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes (en la imagen), de segundo apellido 'sus-líos', ha vuelto a contradecir a su superior, el titular de Interior, Jorge Fernández. Si por la mañana Fernández hablaba de su decisión de subir el nivel de alerta (por cierto, que enredo se armó él solito con la gradación) a raíz de los atentados en Francia, por la noche Cifuentes aseguraba que estábamos en alerta poco menos que máxima y conseguía que el nivel de histeria ciudadana subiera.

Nivel de histeria que alcanzó su cénit cuando se paralizó el Paseo de La Castellana, las líneas de cercanías y tres líneas del metro de Madrid -o sea 'sus-líos' paralizó Madrid- por un envase-caja de cartón que alguien había dejado en una papelera, en la estación de Nuevos Ministerios.

Y es que Cifuentes 'sus-líos' considera que sus jefes son unos carcas. Incapaces de comprender a una progresista de tomo y lomo como es ella -abortera y republicana, oh sí-, un genio a la hora de crear alarma social, doña Cristina se ve obligada a meter la zarpa un día sí, otro también.

Hablando de histeria social yihadista. En paralelo, los jueces a lo suyo: gobernar y enmendar leyes, no desde el Gobierno ni desde el Parlamento, sino desde los tribunales. Es decir, hacer política sin necesidad de presentarse a las elecciones. El juez Eloy Velasco ha archivado el caso de un yihadista francés detenido en España. El malvado Gobierno del PP, supresor de la justicia universal, le ha obligado a archivar el caso. Menos mal que el tal yihadista ya había sido enviado a Francia, que lo reclamaba.

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