Ada Colau estudia cobrar peaje para entrar en Barcelona. La propuesta se aplicará o no en función de la efectividad para atajar la contaminación que tengan las medidas que prepara el Ayuntamiento de Barcelona. O sea, que no se sabe el qué pero se amenaza con qué.
Los vehículos más contaminantes, aquellos que no disponen de etiqueta ambiental de la DGT, no podrán circular por Barcelona a partir de enero de 2020. La alcaldesa considera que se deberá analizar si la reducción de la contaminación es suficiente a los seis meses de aplicación de esta medida.
A Colau le ha dado ahora por la ecología… No hace mucho se centró en el tema de seguridad: mejor dicho, de la inseguridad, porque la edil catalana suprimió la unidad de los antidisturbios de la Guàrdia Urbana. que se ocupaba entre otras funciones de las actuaciones contra el top manta, el desalojo de edificios municipales okupados e intervenciones relacionadas con el incivismo y la seguridad vial.
La alcaldesa eliminó esta unidad para crear la Unidad de Refuerzo a la Proximidad y Emergencias (URPE) encargada, entre otras tareas, de cuestiones más relacionadas con la protección del medio ambiente -asunto crucial, sin duda- y un grupo de policía administrativa.
Parece que las aspiraciones de Colau en materia de seguridad se vieron truncadas cuando tuvo que pactar con el PSC para repetir en el consistorio. El partido socialista puso como condición al pacto recuperar la concejalía de seguridad para restablecer el orden en una Barcelona que se está convirtiendo en una ciudad sin ley. Sin ley, pero verde. Que es lo que importa, naturalmente.