Ha bastado la noticia de que las dos grandes entidades alemanas no se fusionan para que la mayor, DT, se dispare en bolsa, aunque la menor, el Commerz, baja.
De ello no deben deducir que en la fallida boda hubiera un contrayente bueno y otro malo. No, los bancos germanos son malísimos.
Y en cualquier caso, se trataba de una medida defensiva del orgullo germano frente al exterior. Precisamente para evitar fusiones internacionales, las que pretende el Banco Central Europeo (BCE). Y es que la banca alemana es muy mala y tiene todas las de perder en uniones internacionales.
Como diría el fallecido banquero Pedro Toledo, sería la boda de un sidótico con un sifilítico.