Ya lo explicaba Pedro Sánchez al presentar a los miembros de su Ejecutivo: Es un Gobierno compuesto por personas que tienen "amplias trayectorias personales que avalan su capacidad". Por ejemplo, la trayectoria de Beatriz Gimeno, nueva directora del Instituto de la Mujer.

Gimeno fue responsable del área de Igualdad de Podemos en la Comunidad de Madrid y sustituirá en el cargo a Rocío Rodríguez Prieto al frente del Instituto de la Mujer, una institución que se creó en 1983. Su nombramiento ha devuelto a la actualidad algunas de sus polémicas declaraciones sobre el patriarcado o la sexualidad que deben tener las personas heterosexuales.

En su artículo, "Una aproximación política al lesbianismo" promueve un mundo lésbico "como solución" ya que considera que la heterosexualidad es impuesta de forma forzosa, y contra los deseos reales de las mujeres.

Gimeno invita a las féminas a tener sexo con penetración inversa, es decir, propone que las mujeres sean las que penetren de forma anal al varón para así liberarse. -Y, les aseguro, que no me invento nada- (vean el vídeo a continuación).

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Por cierto, la que fuera pareja de Gimeno (actualmente están divorciadas), Boti García Rodrigo, también ocupará un cargo en el Gobierno Sánchez. Será la nueva área de Diversidad Sexual y LGTBI, ambas dependientes del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero. Ambas designaciones se consideran un guiño al feminismo queer más ortodoxo en pleno debate interno en Unidas Podemos sobre la prostitución. Y en un momento en el que se ha generado malestar en el PSOE por la cesión de Igualdad a Unidas Podemos: «A Sánchez le ha dado igual la Igualdad. Muchas piensan que esta apuesta supone liquidar un área fundamental en el ámbito de la socialdemocracia. Es un error mayúsculo que el partido va a pagar muy caro. Sánchez no debería olvidar que ha ganado las elecciones en buena parte gracias a los votos de las mujeres y el compromiso del partido con las políticas de Igualdad», explican desde sectores del PSOE.

Respecto al nombramiento de Gimeno y García, esto supone, a juicio de sectores del PSOE, que un área centrada en luchar contra la desigualdad entre hombres y mujeres deje de serlo para ser una institución «de género y diversidad sexual». «El feminismo lucha contra todas las discriminaciones, pero creemos que son discriminaciones que no tienen nada que ver las unas con las otras», insisten.