La foto de varias jóvenes enseñando el pasado sábado sus domingas a los antidisturbios, (y ‘antidisturbias’) franceses-as da una idea de la profundidad intelectual de los chalecos amarillos franceses. Son esos mismos a los que otro hombre muy profundo, Emmanuel ‘lolito’ Macron, ha concedido muchas cesiones que ellos han calificado de migajas.
Los chalecos amarillos galos son esos chiflados que se aprovechan del gamberrismo impune que se ha impuesto en la sociedad europea. Andan a la búsqueda un líder político anti-casta, que acabe en líder casposo. Mismamente como Pablo Iglesias quien, cualquier día recorre el camino inverso al de Manuel Valls y se presenta como candidato a la alcaldía de París.