Hecho real acaecido en Estados Unidos. Niña de 14 años recibe la llamada de una empresa que le ofrece alimentos y servicios para bebés. El padre se cabrea y demanda a la empresa llamadora. Al final tiene que retirar la demanda porque descubre que su hija si estaba embarazada.
¿Habían espiado a su retoño? Sí, pero no a la antigua, siguiéndola en sus salidas de viernes noche, sino con el 'big data'.
Es decir, la gran nube de información, que todos vamos dejando rastros en ese Gran Hermano en el que vivimos, donde la privacidad se cotiza a precio de saldo. Cada vez que utilizamos un servicio público, desde el teléfono, el ordenador o el automóvil, vamos dejando huellas que, convenientemente codificadas se convierten en patrones de conducta. De conducta moral, me refiero. Vamos, que con una buen aplicación conocen toda tu vida y hasta tus intenciones. Conocen, sobre todo, tu vida moral, que es la que decide tu modo de vida y tu modo de consumo. Si duermes en hoteles en tu misma ciudad de residencia, está claro que serás un divorciado en pocos meses y consumirás una serie de productos muy distintos de los del padre de familia. Por ejemplo.
¡Vaya sociedad que hemos creado gracias al progreso tecnológico!
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