La esencia del fanatismo está en el mismo islam porque el Corán confunde la verdad con los hechos lo que fuerza a que la verdad deba imponerse por la fuerza.
El cristiano intenta convencer -o debería-, el musulmán sólo quiere vencer porque los hechos no se propagan ni se discuten: son hechos. Y su verdad es un hecho.
¿Hay que respetar a los musulmanes? Sí, pero sin ser tontos: ellos no te respetarán jamás así que hay que imponerles el respeto a los cristianos.
Ahora, el islam no quiere convivir en Europa: su naturaleza le impele a conquistar la Europa cristiana y forzarla a hacerse musulmana.
Es pura lógica.