El obispado de Getafe fue el primero en plantarle cara a Yunque, una asociación que pelea por principios cristianos pero que lo hace desde el secreto… y a la Iglesia no le gustan los secretos.
Yunque intentó controlar órganos de decisión de la Diócesis de Getafe y el obispo se negó. Luego llegó el informe de Fernando López Luengos sobre Yunque y Yunque -bueno, como Yunque no existe el protagonismo fue de Ignacio Arsuaga (en la imagen), presidente de Hazteoír- le llevó a los tribunales. Una persecución en toda regla que ganó el perseguido Luengos, sobre todo por la participación en su defensa de miembros de la curia de Getafe.
Conclusión: la gente de Yunque tendrá que dejar de decir que Yunque no existe.
Ahora, Ignacio Arsuaga -que no es de Yunque porque el condenado Yunque no existe- ha intentado tender puentes con el obispado y el obispado se lo ha dejado muy claro en un comunicado público que podría resumirse así: "Amigos, sí, pero la vaquiña en tu prado".
Y esto no sería importante si no fuera porque Yunque no está aprovechando la sentencia judicial -no hay mal que por bien no venga- para salir a la luz. Una pena, porque podría hacer mucho bien si abandonara su secretismo.
Por lo demás, todo está en orden.
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