A los políticos españoles les ha dado por las exigencias de humildad. El portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando (en la imagen) no deja de recordarle a su contraria, Soraya, que no tiene ni una gota de humildad. Ni una gota, oiga usted. La verdad es que la autocrítica no es muestra de humillad sino justo lo contrario, de soberbia. El que se echa lodo encima sólo pretende lo que más teme el orgulloso: que se lo echen los demás. Por eso se adelanta. Por esa misma razón, un pelín de jactancia y un asomo de vanidad no son malas barreras para el orgullo. En plata, no creemos que la autocrítica de Rajoy el jueves 18 sirva para nada. Un poco más de alegría le hubiera venido mejor. Pero tampoco esperaba usted mucho de los políticos españoles, ¿verdad? Hispanidad redaccion@hispanidad.com