Myka y James Stauffer vivían en Ohio (Estados Unidos) con sus cinco hijos: cuatro biológicos y uno adoptivo, Huxley, quien se sumó al clan en 2017 cuando tenía tan solo un año. El matrimonio presumía de la familia que había formado en YouTube, donde cuenta más de 700.000 suscriptores, y en Instagram, donde tiene casi 200.000 seguidores. A través de sus canales, ambos ofrecen consejos sobre el embarazo -dos de sus hijos biológicos nacieron después de la adopción-, escolarización en el hogar, limpieza y decoración, organización en el seno de una familia numerosa; también comparten imágenes y vídeos de ellos y los pequeños en su día a día.
Pero, tanta felicidad se vio empañada cuando descubrieron que Huxley, procedente de China, padecía autismo..entonces, Mika y James buscando el "bienestar emocional" del pequeño lo devolvieron - -pero le devolvieron por el autismo no por coronavirus, no vayan a creer-.
Los desconsolados padres adoptivos explicaron entre gimoteos: «Una vez que Huxley llegó a casa, había muchas más necesidades especiales de las que no éramos conscientes y que no nos dijeron [desde la agencia] [...] Nunca hemos querido estar en esta posición.... Hemos tratado de satisfacer sus necesidades y ayudarlo en todo lo posible... Realmente le queremos»... Pero, al parecer, no en la familia.