Francisco en Dublín. La pederastia clerical es terrible pero mínima, comparada con la pederastia global. Se ha convertido en un modo de zurrarle a la Iglesia, cuando no en instrumento de venganza. Ya de nada sirve pedir perdón.
Ellos no quieren perdonar lo que quieren es hundir a la Iglesia.
Sinceramente, con todo afecto filial, creo que el Papa Francisco, llevado de su buen corazón, se ha equivocado al pedir perdón tres veces en dos días. Ellos no quieren perdonar, quieren otra cosa.