Pedro Duque no dirigirá la Agencia Europea del Espacio (ESA) después de la designación del austriaco Josef Aschbacher, hasta ahora responsable del departamento de observación terrestre, que será confirmado la semana que viene como nuevo director de la agencia. Se podría decir aquello de que el ministro de Ciencia no levanta cabeza.
Recientemente, fracasó el lanzamiento del cohete con el satélite español Ingenio a los ocho minutos del despegue. El satélite, de 200 millones de euros, era tomar imágenes de alta resolución para elaborar mapas o gestionar catástrofes. Y resulta, además, que tampoco se incluyó en el proyecto un seguro que eventualmente cubriera la posibilidad de pérdida de la misión.
Y de la docena de estudios españoles -que defendió Duque- y que trabajan para desarrollar una alternativa al fármaco de Pfizer, tampoco sabemos nada. Desconocemos si se encuentran en fase 1, media o -directamente- no se encuentran.
Los de Pedro Duque son tres apuestas fallidas del Gobierno de Sánchez por tener más relevancia en la Unión Europea y a nivel internacional, pero le han precedido algunos otros: el pasado julio, la vicepresidenta económica Nadia Calviño se quedó sin la presidencia del Eurogrupo. recientemente, León ha perdido la votación para acoger la sede del nuevo Centro Europeo de Ciberseguridad, que albergará finalmente Bucarest. Y la semana pasada, también se conoció que la candidatura de Barcelona para albergar la tercera sede del Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF) quedó finalmente en segunda posición frente a la ciudad alemana de Bonn, que será quien acoja esta sede europea.