Isabel Celaá, ministra de Educación, se echa faroles. Quiere subir el gasto en educación al 5% del PIB en 2025, algo que ahora está en el 0,7% (y se traduce en 2.722 millones de euros, según recogen los Presupuestos): ¿a que no lo consigue?
Propone un pacto para que se llegue a dicha meta en 2025 y “se mantenga al margen de coyunturas económicas o alternancias políticas”. Es decir, se trata del bloqueo y blindaje de un gasto, atando de pies y manos a próximos gobiernos…
Y al hilo de esto, conviene no olvidar que fue el PSOE quien se levantó de la mesa de negociación y frustró el último intento de pacto educativo. Asimismo, habló de corregir la meta del 3,67% del PIB para educación, pactada por el anterior Ejecutivo del PP con Bruselas para 2020.
Pero ojo, porque Celaá no parece la más adecuada a la hora de las cifras: de hecho, desconoce el presupuesto que su Ministerio destina a la educación concertada. Y como saben, no le va a poner las cosas fáciles, a pesar de que le genera un importante ahorro al Estado: el gasto público por alumno en centros públicos es de 5.436 euros, frente a los 2.886 euros en la concertada.