Jeroen Dijsselbloem, el presidente del Eurogrupo, es holandés, y no tiene ninguna culpa de ello: le nacieron así. Por eso ha dicho lo que ha dicho: que la gente del sur -italianos, españoles, griegos, portugueses y demás calaña- se dedica al vino y las mujeres y luego vienen a pedir dinero. En primer lugar, nadie le ha pedido dinero. Lo que se le ha pedido, el conjunto de Europa, es créditos, que pagamos con sus correspondientes intereses. El holandés confunde el crédito con la donación porque nunca han practicado la segunda, sólo el primero. De ahí la confusión. En cualquier caso, Jeroen nos acusa a los europeos sureños de gastarnos el dinero en vino y mujeres. ¡Menos mal Jeroen! Pensé que nos lo gastábamos, como los holandeses, en porros y en hombres. Pero aclarado esto, me quedo mucho más tranquilo. Jeroen va a conseguir lo que pretende con su estúpido elitismo: romper Europa. Y él se va a quedar sin un sueldo… que le pagamos todos los europeos, incluidos los del sur. Hispanidad redaccion@hispanidad.com