Lo dice el Papa Francisco, en la entrevista concedida a El País y publicada el pasado domingo: "Cuando la comunicación pierde lo carnal, se vuelve liquida, es peligrosa". Como periodista me ha encantado el adjetivo líquido que es la mejor definición de la comunicación digital. Es más, lo virtual ocurre como con toda mecanización: el hombre queda al servicio de la máquina. El Papa habla de esas familias que durante la comida ven la televisión o mandan mensajes con el móvil. Poco carnal. Y es que el cristianismo es la religión más carnal que existe. De hecho, su primera petición en su oración principal es algo tan prosaico como "danos hoy nuestro pan de cada día". Hispanidad redaccion@hispanidad.com