"Puede que yo no sea muy listo", decía Forrest Gump, que un día salió a correr sin motivo alguno y terminó haciéndose con los medios de comunicación. Pedro Sánchez, a diferencia del humilde estadounidense, conquista a las cámaras con sus posados en el extranjero, mientras hace gala de todo aquello que es: desde su belleza -"soy guapo a secas"-, hasta su posición política -ahora ya no es sólo presidente, sino que le gusta más repetir que es "el jefe negociador de la familia socialdemócrata"-.
No obstante, el presidente calla que puede que no sea muy listo, aunque sí insiste en cometer errores del pasado, en concreto, los de su antecesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero. Decíamos ayer que Sánchez sigue de cerca las desastrosas líneas del zapaterismo, pero ojo, que al igual que Forrest hizo historia, Zapatero protagonizó ocho años de gobierno... tal vez tengamos Falcon para rato.
El caso es que las redes ya asimilan zapaterismo y sanchismo. Y los hacen coincidir... en Forrest Gump.