Al periodismo no le hundió Internet, todo lo contrario, ni le hundirá el oligopolio de los grandes editores. Pero sí puede hundirle la mezcla, cada vez más profusa, entre información y publicidad. O al lector le queda claro qué es información libre y cuál es información pagada o estamos perdidos.
Al periodismo le sucede lo mismo que a los toros: la fiesta se hundirá con malos toros, no por el graznido de los animalistas. El mal casi nunca está fuera, casi siempre está dentro.
Ejemplo: ¿cuántos lectores saben que los famosos 'branded content' constituyen información pagada y no periodismo libre?