Si hay algo que al desastroso presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se le da bien es la pose trágica. Días atrás, se lanzó en tromba contra Donald Trump como jamás lo había hecho antes ningún presidente, desde la Casa Blanca y en el ejercicio de sus funciones, ante un líder extranjero: "no está preparado para este cargo", aseguró Obama, muy dolido por la polémica del macarra Trump contra un matrimonio de islámicos norteamericanos cuyo hijo murió en el campo de batalla. Ahora bien, ocho años atrás, cuando todo valía con tal de llegar a la Casa Blanca, Obama incurrió en algo parecido y aún no pidió disculpas. Se burló de la senectud de John McCain, héroe de guerra americano y su contrincante en aquel entonces: "Demasiados años de servicios" a la patria, aseguró Obama burlándose de la senectud de McCain. Por cierto, que McCain arremeta contra Trump tiene su aquel. Porque McCain, al igual que Trump, fue un candidato desastre que dio la victoria a los demócratas… de la misma forma que ahora Trump parece trabajar para la abortera, aunque muy sincera, eso sí, Hillary Clinton, candidata demócrata a la Casa Blanca. E insistimos: Donald Trump es un submarino que opera en el campo republicano, pagado por el Partido Demócrata, para que Hillary gane las elecciones. Hispanidad redaccion@hispanidad.com