Como dos gotas de agua. El PP es un partido en desintegración, no con una, sino con varias guerras civiles abiertas. Pululan en el partido los políticos termita, del estilo Cristina Cifuentes, a quien Rajoy ha catapultado a la candidatura de la Comunidad de Madrid y se dedica a fastidiar a aquellos que le podían ayudar a triunfar pero que no son de los suyos. Más grave es lo que ha ocurrido con el caso del comisario José Villarejo (en la imagen), azote de Ignacio González. Desde Moncloa, para ser exactos, de la vicepresidencia primera del Gobierno se filtró a El País el presunto grupo de empresas del comisario José Villarejo y ahora resulta que no son empresas suyas sino del propio Ministerio del Interior. En el Ejecutivo ha pasado de ser el malo a ser un servidor de la ley. Y por cierto, nada tiene que ver lo que suelta la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría de lo que afirma el titular de Interior, Jorge Fernández. Lo dicho, igualito que la UCD. Hispanidad redaccion@hispanidad.com