Es muy sencillo. El suscriptor de una hipoteca acude a su banco para decirle que quiere amortizar su crédito, aprovechando que lo firmó sin cláusula de penalización por amortización anticipada…, por ejemplo. Entonces viene lo bueno. En el banco le dicen que lo sienten muchísimo pero que su crédito ya no está allí sino en un fondo de alto riesgo al que se le ha traspasado la cartera. Que pregunte en ese fondo, es decir, en esa banca en la sombra contra la que tanto protestan los banqueros en público, pero a la que luego traspasan su negocio. Es ilegal ceder un contrato de deuda sin el consentimiento del deudor, pero, en cualquier caso es un lío para el cliente. En efecto, el negocio bancario se acaba… pero se acaba porque los banqueros renuncian a trabajar en lo suyo. Por cierto, lo que está haciendo la banca con sus enemigos-aliados de la banca en la sombra, con los fondos, no es más que otra burbuja especulativa, como las 'subprime'. Hispanidad redacción@hispanidad.com