Emmanuel Macron tiene una aplicación informática que le permite controlar, hora a hora, «medir» y evaluar la «eficacia» y «rapidez» de sus ministros poniendo en práctica, bien o mal, sus proyectos políticos. Como todo hombre con poder, (véase, por ejemplo Napoleón) Macrón tiene que contralar a sus hombres. El futuro de Francia está en sus manos. El de sus ministros, también.
La aplicación se llama oficialmente «Tableau de bord de la Transformation Publique» (Cuadro de mandos de la transformación pública). Transformación de… la enseñanza, la reforma del Estado, la gestión de los presupuestos nacionales, etc.
Ese cuadro de mandos tiene varias ventanas, que resumen con indicadores muy precisos, gráficos y cifrados el nivel de ejecución de las órdenes presidenciales (expresados en porcentajes «exactos»), en todos los terrenos y responsabilidades de cada ministerio.
Según Le Figaro, Macron trabajaría personalmente con esa aplicación informática desde hace meses, sin advertir de su existencia a los ministros «observados» y «seguidos». ¡Qué pillo, el presi!
Y, tras los exámenes sorpresa… las notas; Macron estaría satisfecho del ritmo de trabajo y eficacia de algunos ministros, como el de Educación, Jean-Michel Blanquer. Pero estaría descontento o insatisfecho de otros, potencialmente amenazados. Lo dicho… hasta ahora sólo era Lolito pero Macron pero se nos ha vuelto tirano: Lolito-Napo-Macron.