Al parecer, avalancha de fin de año en Shanghai, en la que murieron 36 personas más los heridos consiguientes. Por lo visto, un bar al aire lanzó billetes -falsos- y centenares de personas se abalanzaron a por ellos y se produjo la avalancha.
Ahora podemos decir, como siempre, que no había policías suficientes ni la necesaria organización. Uno duda mucho que en convocatorias semejantes, la organización o la policía pueda hacer algo para parar a una masa enloquecida.
Especialmente, y lo digo con pena, en China, gigante mundial que mantiene el comunismo como filosofía y el capitalismo más especulativo, el financiero, como modelo de vida. En plata, un país donde la libertad importa poco, la trascendencia se ignora y lo único relevante es el dinero. Lo cual no implica que, en efecto, el principal culpable sea el ídiota que arrojó billetes falsos o que ni tan siquiera fuera éste el motivo de la avalancha.
Hispanidad
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