Más de 500 recién llegados en pateras desde África en un sólo fin de semana (el último). Todos ellos rescatados en las aguas por Salvamento Marítimo, a los que atenderemos en España con el dinero nuestros impuestos. Y cuando no es Salvamento Marítimo es la marina española.
Y así debe ser, aunque mucho más eficaz sería ayudarles en sus países de origen.
Muchos más de los que salvan, y luego abandonan a su suerte en territorio español, las ONGs, quienes, sin embargo, se llevan todo el mérito.
Y encima los españoles nos damos golpes de pecho. Los acogedores son, por ejemplo, los alemanes, porque admiten a inmigrantes musulmanes venidos de Oriente... donde sus hermanos en la fe islámica no quieren saber nada de ellos.
Los españoles deberíamos sentirnos más orgullosos de nuestro país y de nuestro ejército, y abandonar ese espíritu onegero de subvención pública y cierta hipocresía.