Ya lo decía el cardenal Ouelet: "La conversión pastoral consiste en que se conviertan los pastores". Pero a algunos pastores les cuesta vivir sus votos, especialmente el de obediencia, mucho más duro que el de castidad o el de pobreza. Ejemplo: Lumen Dei, una maravillosa asociación cristiana que, como tantas otras empezó a torcerse tras la muerte de su fundador. Reproducimos aquí la la nota de la Sagrada Congregación para la Vida consagrada, quien advierte a los rebeldes que no pueden continuar utilizando ni la marca ni los activos (en lenguaje mercantil) de Lumen Dei, por más que ellos aleguen que, como ya no son Lumen Dei sino Prodein… pues resulta que no tienen que obedecer. Eso sí, sigue funcionando como organización católica, recogiendo fondos y, si se lee la nota, utilizando los activos de Lumen Dei. Y el Vaticano le dice que no puede hacerlo. Lo dicho, el voto de obediencia, que cuesta mucho. Hispanidad redaccion@hispanidad.com