Es cierto que de alguna manera hay que ligar salarios y productividad, porque los vagos atentan contra sus propios compañeros. El problema es que esa ligazón es muy difícil de administrar y, en cualquier caso, el PIB es una cesta con demasiados elementos, donde pagarán justos por pecadores y donde se beneficiarán los vagos del esfuerzo de los laboriosos.
En cualquier caso esa no es la cuestión. No es el mercado quien debe fijar los salarios, porque podría ser que fijara salarios de miseria. O si lo prefieren: el mercado debe marcar los salarios pero a partir de un salario mínimo digno, que dé para vivir con dignidad. Si un trabajo no da para alimentar a una familia no es un buen salario, independientemente de la productividad del mismo. A partir de ahí sí, a partir de ese salario mínimo, viva la productividad que es más justa que el café para todos. Pero sólo a partir de un salario mínimo digno. Sindicatos: dejaros de chorradas y aceptar una acuerdo salarial sólo si el Gobierno sube ese salario mínimo. Ese que Rajoy (en la imagen) se niega a subir. Una de las cosas más deprimentes de su discurso en el Debate sobre el Estado de la Nación ha sido su burla sobre los 'demagogos" que quieren duplicar el salario mínimo. Según él, eso nos llevaría a la fosa. Al parecer olvida que países como Francia, Alemania o Reino Unido duplican en salario mínimo al español… y no están en la fosa.
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