Dice Manuela Carmena (en la imagen) que no es comunista. Tiene razón, es abortera y eutanásica pero no comunista. Es más, ya lo hemos dicho, acabará tomando café con pastas en Embassy. Por de pronto quiere bajar la contribución urbana (IBI). Y esto es bello e instructivo, porque lo cierto es que se trata de un impuesto sobre el patrimonio y, como tal, injusto. Manuela no es comunista, es progresista, que es distinto. ¿Qué es el progresismo? Abajo los curas y arriba las faldas. Y a partir de ahí ya podemos forrarnos de dinero. Por eso defiende con tanto ahínco a Rita Maestre, su portavoz municipal, que porta mucha voz pero pocas ideas. Fue la enseñatetas que profanó la Capilla de la complutense para defender al pueblo y que no se arrepiente ni reconoce el sucedido. Y Carmena ha vuelto a defenderla en el ascenso del papá de Rita, de nombre Luis, empleado municipal. ¿Se acuerdan cuando le montaron a Luis de Guindos un pollo por el ascenso de una sobrina en la CNMC? Hispanidad redaccion@hispanidad.com