Pablo Iglesias (en la imagen) es un comunista. Neocomunista, porque es muy comodón para la revolución violenta sino llegado al poder a través de las urnas y de la manipulación dialéctica. Y una vez en el poder… Por eso les llamamos neocomunistas. O como diría Felipe González, leninistas 3.0. Decíamos ayer martes que el insensato Zapaterín había re-introducido el sectarismo y el gueracivilismo en el Congreso de los Diputados. Iglesias simplemente hace de ello su política y su única ideología: machacar al adversario. Pablo Iglesias habló por primera vez en el Congreso. Y nosotros creemos que la revolución comenzará cuando las soflamas bolivarianas de Iglesias terminen en enfrentamiento a puñetazos en el hemiciclo, cuando alguien se canse de los insultos estalinistas de los olorosos. Algo que presagio no tardará en suceder. Y encima es un pedante. Profesor de segunda impartiendo lecciones de primera: no cuadra. Pero sí, es un sujeto peligroso: nos lleva al enfrentamiento civil. Hispanidad redaccion@hispanidad.com