El artista italiano Salvatore Garau ha conseguido todo un logro: vender una escultura inmaterial por valor de 15.000 euros.
Bajo el título «Io sono» («Yo soy»), Garau ha entregado al comprador de dicha pieza un certificado de garantía, sellado y firmado por él, que constituye el único elemento tangible existente. El artista de Cerdeña no pretende convertir sus trabajos inmateriales en una forma de charlatanería con la que engañar a coleccionistas ávidos de adquirir notoriedad con la adquisición de la última excentricidad del mundo del arte. En su opinión, el vacío supone un espacio lleno de energía y de posibilidades positivas y negativas. Que no lo podamos ver no quiere decir que no disponga de una realidad fascinante, en la que se acumulan los eventos". Ni tampoco significa que no la podamos colocar en el rincón de nuestra casa que más nos guste, por ejemplo...
¡Ay del arte cuya belleza sólo existe -aunque no se vea- para el artista!, ¡Ay del arte en el que sólo cobra el artista! Salvatore, Salvatore...