Alba González ya se había despedido de sus compañeros del Ayuntamiento de Gijón, iba a decir adiós a la ciudad asturiana, a su cargo de edil de Podemos-Equo, y a su sueldo de 30.000 euros. Iba rumbo a Madrid, para ser la nueva directora general de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial. Pero… no era afrodescendiente y no pudo cumplir su sueño.
Consciente de la realidad, decidió, echarse atrás para hacer más visible en el Ministerio la presencia de "colectivos racializados", y dejar paso a quien sería titular del cargo, la afrodescendiente Rita Bosaho.
Meses después, el sacrificio de González ha tenido su recompensa. La ministra de Igualdad la ha rescatado para convertirla en una de sus asesoras. Cómo no iba a estar agradecida Alba y cómo no iba a participar en el cumpleaños de Irene Montero. Quería felicitar a su “jefa” como el resto de sus compañeras. Y también podría aprovechar para agradecerla poder cobrar del erario público.
Es tan hermoso...