En la campaña electoral sé que es difícil luchar contra el tópico, pero recuerden, el Estado no es, y sobre todo no debe ser, el guardián de la salud de los ciudadanos y, mucho menos, de su educación. El responsable de mi salud soy yo, el responsable de la educación de mis hijos soy yo, mientras sean pequeños, y ellos cuando sean mayores. Si dejamos que el Estado se meta en nuestras vidas tendremos muchos derechos de segunda generación (o sea, reclamaciones, no derechos) y habremos perdido la libertad personal. ¿De verdad que eso es lo que queremos? Oiga, y no lo predica sólo la izquierda sino también la derecha pepera y ciudadanesca. Hispanidad redaccion@hispanidad.com