Obama (en la imagen) es el presidente de los Estados Unidos mejor visto en el resto del mundo y es, al mismo tiempo, el presidente más desastroso de los últimos 100 años (y mira que ha habido). Todos queríamos a un negro en la Casa Blanca, pero no este. No tanto en su país, a pesar de que se ha visto abrigado por todo el aparato mediático y por el Nuevo Orden Mundial (NOM), ese producto del consenso sobre todas las aberraciones actuales. En política exterior no ha hecho otra cosa que meter la pata pero es igual: ahora tiene la oportunidad de resarcirse. Quiere marcharse prohibiendo las armas en Estados Unidos. Puntos sobre las íes:
  1. Las armas no matan, matan las personas.
  2. La única ventaja de las armas de fuego es que sirven para defender al débil, incluso al minusválido, del fuerte.
  3. Ahora bien, eso no tiene nada que ver con las armas de asalto, que un débil no necesita nada frente a un fuerte. Quien lo necesita es el terrorista. Así que prohibir las armas de asalto me parece lógico. Las armas más cortas. Aunque no me gusta ningún arma, tenemos nuestras dudas.
Pero no es esto lo que nos están vendiendo en España. Lo que nos están vendiendo es la cruzada de Obama en defensa de los homosexuales asesinados en Orlando. Oiga no. No caigamos en el demagógico, y cobarde, Síndrome de Estocolmo. El culpable del vil asesinato múltiple en la discoteca gay no es la facilidad para comprar armas en USA, sino un islámico fanático… como tantos otros. Hispanidad redaccion@hispanidad.com